DAN, IN REAL LIFE

TÍTULO: (en Argentina: DANI UN TIPO DE SUERTE)

GÉNERO: COMEDIA ROMÁNTICA. DRAMA COSTUMBRISTA

PAÍS: ESTADOS UNIDOS

AÑO: 2008

REPARTO: STEVE CARELL, JULIETTE BINOCHE, DANE COOK, ALISON PILL, BRITTANY ROBERTSON, MARLENE LAWSTON, DIANNE WIEST, JOHN MAHONEY.

DIRECCIÓN: PETER HEDGES

DURACIÓN: 98 MINUTOS

CALIFICACIÓN: + 7 (INTERESANTE)

Lo más reconfortante para un amante del cine es sentarse plácidamente a ver una película casi sin pretensiones. Esto sucede cuando no recibimos pautas, críticas, opiniones que nos anticipen que aquel film es extraordinario, o, por el contrario, es un verdadero desastre. Cuando me senté en la butaca del cine en una tarde desapacible y apropiada para evadirse, fui sorprendido por una historia interesantísima.

Y ésta se torna aún más atrapante cuando descubrimos ciertos giros donde identificarnos. En ese punto es cuando recorremos la historia junto al protagonista y nos reímos, sufrimos o lloramos a la par de él.

Esto me sucedió con “Dani un tipo de suerte” (su traducción aquí, pues en verdad se debería haber llamado: “Dani, en la vida real”).

Dan Burns (el “Superagente 86” Steve Carell) es un modesto columnista de un pequeño diario, que tiene una vida simple, pero difícil a la vez. Él es viudo y está a cargo de sus tres hijas adolescentes, que están obstinadas en romper con el estructuramiento, la organización y la previsibilidad de su padre. Para ello contaron como aliado un viaje a Rhode Island para una fiesta familiar, el cual provocó una sucesión de hechos que hicieron tambalear y… despedazar el castillo de naipes en donde habitaba Dan. Allí, en una librería, conoce a la bella Marie (Juliette Binoche) y su corazón explota con increíbles sensaciones que parecían ya archivadas
en su interior. Sin embargo algo, muy poderoso e inesperado, sucederá para interponerse en la inminente relación entre Dan y esta misteriosa mujer.

El film nos ofrece romance, comedia, drama, pero lo más importante un mural con un retrato de la sociedad contemporánea que rodea a un padre de familia en esa aventura de criar sólo a sus hijas y de luchar contra sus propios prejuicios y… límites.

Límites que se fue creando, seguramente empujado por el dolor y el miedo a lo desconocido.

En ello todos, de una u otra forma, nos sentiremos un poco identificados. En el temor que nos produce lo nuevo, en la inseguridad que nos plantea la vida dibujándonos caminos por donde nunca hemos transitado.

En las interpretaciones sobresale nítidamente la labor de Steve Carell (The Office, Todopoderoso, la ya mencionada remake de Superagente 86) haciendo gala de su acostumbrado histrionismo, pero brindándonos una faceta dramática que ofrece matices que nos conmueven. Y la bellísima Juliette Binoche (Cumbres Borrascosas, Chocolate), que como los vinos, con el tiempo luce más deliciosa y atractiva.

En resumen, si su deseo es apartarse de los grandes tanques hollywoodenses y sentarse plácidamente a… saborear una historia mínima pero sumamente entretenida, no lo dude un momento. Sufrirá, se divertirá y se ilusionará con que, a pesar de los problemas que tenemos a diario, siempre el destino puede hacernos un guiño para escaparnos por la tangente y obtener esa felicidad que nos es esquiva.